El mercado de los suplementos sigue alimentando falsas esperanzas en torno a la pérdida de grasa: promesas de aceleradores metabólicos, quemadores milagrosos y “fórmulas mágicas” que rozan la ciencia ficción. Sin embargo, a día de hoy, en 2025, lo único realmente efectivo, legal y respaldado por la evidencia científica sigue siendo lo mismo: un déficit calórico sostenido, con una planificación nutricional y control de macronutrientes a medio y largo plazo. Eso sí es magia real, aunque no se venda en cápsulas.
Hoy hablaremos de uno de esos suplementos que ha generado cierta expectativa: el 7-keto-DHEA o 7-ceto-deshidroepiandrosterona. Un compuesto con muchos supuestos beneficios, pero con una evidencia muy limitada y controvertida.
¿Qué es exactamente el 7-keto?
El 7-keto es un metabolito no hormonal de la DHEA (dehidroepiandrosterona), una hormona esteroidea que produce de forma natural el organismo en las glándulas suprarrenales y que actúa como precursora de hormonas sexuales como el estrógeno y la testosterona. A diferencia de la DHEA, el 7-keto no se convierte en estas hormonas sexuales, lo que inicialmente lo hizo atractivo como alternativa “segura” o sin efectos secundarios androgénicos.
La DHEA ha sido extensamente estudiada por su potencial en envejecimiento, salud ósea, función inmunológica, bienestar psicológico y fertilidad, aunque gran parte de esa investigación se ha realizado en modelos animales o con resultados poco consistentes en humanos (Rutkowski et al., 2014; Ignácio et al., 2021). No debe confundirse el perfil de la DHEA con el del 7-keto, cuyas propiedades y mecanismos son distintos.
¿Tiene efectos reales sobre la grasa corporal?
Se ha propuesto que el 7-keto puede aumentar la termogénesis y, por tanto, la tasa metabólica en reposo, lo que llevaría a un aumento del gasto calórico. Sin embargo, los estudios en humanos son escasos, con tamaños muestrales reducidos y diseño limitado:
- En el ensayo de Zenk et al. (2002), 35 adultos con sobrepeso siguieron una dieta hipocalórica y ejercicio durante 8 semanas, recibiendo 200 mg/día de 7-keto combinado con L-tirosina, ácido ascórbico y otros ingredientes. El grupo intervención perdió solo 700 g más que el placebo. Un resultado modesto y con posible sesgo por el uso de una fórmula combinada.
- El estudio de Kalman et al. (2000) encontró una reducción del 4,4% en el peso corporal frente al placebo, pero nuevamente, el efecto estuvo condicionado por dieta y ejercicio estructurado, sin efecto independiente del suplemento.
Una revisión crítica reciente (Pérez-Guisado et al., 2024) concluye que, aunque el 7-keto puede mostrar una ligera mejora en el metabolismo basal, los efectos clínicamente significativos sobre la pérdida de grasa no están demostrados de forma robusta ni replicada.
Seguridad, dosis y legalidad (2025)
La dosis más comúnmente estudiada es de 200 mg/día, dividida en dos tomas. Aunque se ha considerado relativamente seguro a corto plazo en adultos sanos (Davidson et al., 2000), no existen estudios longitudinales sobre su uso prolongado.
- No se han descrito efectos secundarios graves en los estudios clínicos disponibles, pero su impacto endocrino en mujeres no ha sido suficientemente investigado, y hay riesgo de interacción con otros esteroides o suplementos prohormonales.
- En la actualidad (2025), el 7-keto-DHEA continúa en la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) dentro del grupo de agentes anabólicos, por lo que su uso está vetado en competición oficial, incluso si no eleva directamente la testosterona.
- Aunque no tiene actividad androgénica significativa (Brown et al., 2006), su consumo puede alterar parámetros hormonales en mujeres, incluyendo un riesgo teórico de masculinización si se combina con otras sustancias precursoras.
¿Y el “efecto anticortisol” o los beneficios tiroideos?
Algunos portales de divulgación (como Examine o Healthline) le atribuyen efectos anticortisol y cierta capacidad para aumentar los niveles de T3 libre (hormona tiroidea activa). Sin embargo, no existen ensayos clínicos de alta calidad que respalden estos mecanismos ni estudios que hayan medido cambios significativos de cortisol en humanos tras su suplementación.
En modelos animales o in vitro se han observado efectos leves sobre la actividad mitocondrial y regulación del metabolismo, pero no se ha replicado en humanos con validez estadística.
Conclusiones:
- ¿Es efectivo para perder grasa? → Sólo como complemento a un plan de déficit calórico y ejercicio. Su efecto independiente es mínimo y poco relevante clínicamente.
- ¿Es seguro? → A corto plazo, sí en adultos sanos, pero su uso no está exento de riesgos hormonales, especialmente en mujeres. Está prohibido en deporte profesional.
- ¿Lo recomiendo? → No. La evidencia actual es escasa, los beneficios son modestos y el riesgo de uso indebido, elevado. Existen alternativas más seguras, legales y respaldadas.
Referencias:
- Zenk, J.L. et al. (2002). Seven-Keto-DHEA enhances weight loss in overweight adults. Curr Ther Res Clin Exp.
- Kalman, D.S. et al. (2000). A randomized controlled trial of a 7-keto DHEA supplement.
- Rutkowski, K. et al. (2014). The role of DHEA and 7-keto in metabolic regulation. J Steroid Biochem Mol Biol.
- Davidson, M.H. et al. (2000). Safety profile of 7-keto-DHEA in humans. Clin Invest Med.
- Brown, G.A. et al. (2006). Effects of prohormone supplementation in humans. Med Sci Sports Exerc.
- Pérez-Guisado, J. et al. (2024). Eficacia de suplementos termogénicos en la pérdida de grasa corporal: revisión crítica. Nutr Hosp.
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