Las estrías son uno de los temas que más preocupan a muchas mujeres a nivel corporal, especialmente en etapas como la adolescencia, el embarazo o incluso en fases de ganancia muscular rápida. Sin embargo, sigue habiendo mucho mito, promesas cosméticas irreales y desinformación alrededor de este tema.
¿Qué son exactamente las estrías?
Las estrías son cicatrices atróficas que se producen cuando la piel sufre una sobredistensión rápida y supera su capacidad de adaptación, provocando la ruptura de fibras estructurales como el colágeno, la elastina y la reticulina, todas ellas presentes en la dermis (Elsaie, 2022).
No es la epidermis la que se rompe, sino el tejido conectivo profundo. Por eso las estrías no son simplemente marcas superficiales, sino verdaderas cicat

rices internas visibles.
Fases de evolución
Las estrías tienen dos fases bien diferenciadas:
- Fase roja o striae rubrae: son rosadas, violáceas o rojizas, porque todavía hay riego sanguíneo y actividad regenerativa.
- Fase blanca o striae albae: con el tiempo, la vascularización desaparece, la actividad fibroblástica cesa, y la estría se vuelve blanca y nacarada, mucho más difícil de tratar (Al-Himdani et al., 2019).
¿Por qué aparecen?
Las causas son multifactoriales:
- Crecimiento acelerado o aumento rápido de volumen corporal: adolescencia, embarazo, hipertrofia muscular o cambios de peso abruptos.
- Cambios hormonales: los glucocorticoides (cortisol) inhiben la síntesis de colágeno y debilitan la dermis. Esto es clave en la adolescencia, embarazo o en personas con alteraciones hormonales.
- Predisposición genética y características de la piel: la calidad del tejido conectivo, el fototipo y la elasticidad natural de la piel influyen significativamente (De Angelis et al., 2020).
¿Se pueden evitar?
Prevenir al 100% no siempre es posible, especialmente si existe predisposición genética y entorno hormonal desfavorable. Pero sí se puede minimizar el riesgo con:
- Control del peso y evitar cambios bruscos.
- Hidratación diaria con cremas y aceites que mejoren la elasticidad cutánea.
- Dieta rica en proteínas, vitae utilizan en clínicas estéticas, aún no tienen evidencia científica sólida en humanos para el tratamiento específico de las estrías:mina A, C, D, zinc, silicio y antioxidantes, que favorecen la síntesis de colágeno.
- Hidratación adecuada para mantener la turgencia de la piel.
En mujeres deportistas, es importante:
- No acelerar la hipertrofia de forma agresiva.
- Mantener un ritmo progresivo de crecimiento muscular.
Tratamientos con respaldo científico
No existe un tratamiento que elimine las estrías por completo, pero sí hay técnicas que mejoran notablemente su apariencia, sobre todo en la fase roja:
- Retinoides tópicos (tretinoína, retinol): estimulan la síntesis de colágeno. No apto en embarazo (Al-Himdani et al., 2019).
- Ácido glicólico: exfoliante que mejora la textura y favorece la renovación dérmica.
- Microneedling: induce colágeno mediante microperforaciones (Cho et al., 2021).
- Láser fraccionado (CO2 o no ablativo): remodela el colágeno y mejora la densidad de la dermis (De Angelis et al., 2020).
- Radiofrecuencia fraccionada: combina calor y microagujas para estimular el colágeno en profundidad.
- Carboxiterapia: mejora la microcirculación local, aunque los resultados son discretos.
La fase blanca siempre es más difícil de tratar y suele requerir combinaciones de terapias para lograr mejoras visibles.
Novedades, tendencias y terapias emergentes
En los últimos años, han surgido técnicas que, aunque s
- Exosomas: vesículas derivadas de células madre que se aplican para regeneración cutánea. Pese a su popularidad, no hay ensayos clínicos que avalen su eficacia en estrías.
- Polinucleótidos: moléculas regenerativas infiltradas mediante mesoterapia. No existen estudios clínicos que respalden mejoras objetivas en estrías.
- PRP (plasma rico en plaquetas): utilizado comocoadyuvante junto con microneedling o láser. Los beneficios son modestos y no definitivos.
- Terapia génica o modulación molecular: en fase experimental, sin aplicaciones reales en consulta dermatológica.
- Microbiota cutánea: un área de investigación emergente que podría en el futuro aportar estrategias preventivas modulando la salud de la piel, pero sin relación directa demostrada hoy en estrías.
¿Y el colágeno hidrolizado?
El colágeno hidrolizado ha demostrado en algunos estudios clínicos mejorar la hidratación, elasticidad y densidad dérmica en piel sana, especialmente en mujeres a partir de los 35 años (Papakonstantinou et al., 2022). Sin embargo, es importante matizar:
Una dieta rica en proteínas completas y micronutrientes esenciales como la vitamina C, el zinc o el silicio debería permitir al organismo sintetizar su propio colágeno de forma natural y efectiva, sin necesidad de recurrir a suplementación específica.
A día de hoy, no existen estudios que demuestren que el colágeno hidrolizado sea superior a una alimentación proteica adecuada en la capacidad del cuerpo para generar colágeno endógeno.
Aunque algunos ensayos muestran beneficios en la p
iel, muchos de ellos presentan conflictos de interés por estar financiados por la propia industria que comercializa estos productos (Papakonstantinou et al., 2022).
Y sobre estrías en concreto, no hay evidencia directa que demuestre que la suplementación con colágeno prevenga o trate este tipo de cicatriz atrófica.
Estrías y el impacto psicológico en la mujer
Las estrías también afectan la autoimagen y la relación con el cuerpo, especialmente en mujeres, debido al entorno social que promueve estándares de piel sin marcas. Entenderlas como parte de los procesos biológicos del cuerpo, y no como un “fallo estético”, es crucial para la aceptación corporal.
Conclusión
Las estrías son la consecuencia visible de un tejido que no pudo adaptarse a un cambio rápido. No son un fallo ni una marca que deba ocultarse a toda costa, pero si quieres mejorar su aspecto, la prevención, el cuidado diario y acudir a tratamientos con base científica son la mejor estrategia.
Las terapias novedosas como exosomas o polinucleótidos de momento son solo promesas sin base robusta en el campo de las estrías, y el futuro probablemente combine la biotecnología con la medicina estética tradicional, pero siempre desde la evidencia.
Bibliografía
- Papakonstantinou, E., Karakiulakis, G., & Roth, M. (2022). Collagen Supplementation and Skin Health: A Systematic Review. Nutrients, 14(2), 340.
- Elsaie, M. L. (2022). Striae Distensae (Stretch Marks) and Different Modalities of Therapy: An Update. Dermatology Research and Practice.
- Al-Himdani, S., Ud-Din, S., & Bayat, A. (2019). A comprehensive evidence-based review on the role of topicals and laser modalities for treatment of striae distensae. Archives of Dermatological Research, 311(8), 571–582.
- De Angelis, F., Kolesnikova, N. V., & Renato, A. D. (2020). Laser treatments for striae distensae: A review and clinical practice recommendations. Lasers in Medical Science, 35, 157–166.
- Cho, S., Park, E. S., Lee, D. H., Li, K., & Chung, J. H. (2021). Clinical studies on the efficacy of micro-needling and fractional radiofrequency for treatment of stretch marks. Journal of Cosmetic and Laser Therapy, 23(1), 1–7.
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