Ácido D-Aspártico y Testosterona: ¿Un suplemento eficaz para hombres con hipogonadismo o infertilidad?
La testosterona es una hormona esteroidea androgénica fundamental para el desarrollo del aparato reproductor masculino y la aparición de los caracteres sexuales secundarios, como el crecimiento del vello, la profundización de la voz o el desarrollo de la masa muscular. Además, interviene en procesos clave como la regulación del estado de ánimo, la densidad mineral ósea, la libido, la función cognitiva, la eritropoyesis y la sensibilidad a la insulina.
La disminución de los niveles de testosterona puede deberse al envejecimiento, al exceso de grasa corporal, al estrés crónico, a enfermedades metabólicas, a la disfunción del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal o a la falta de sueño. En estos casos, muchas personas buscan estrategias naturales para potenciar la producción endógena de testosterona. Una de las más estudiadas en la última década es la suplementación con ácido D-aspártico (DAA).
¿Qué es el ácido D-aspártico?
El ácido D-aspártico es la forma isomérica “D” del aminoácido ácido aspártico. A diferencia del ácido L-aspártico, que se utiliza para sintetizar proteínas, el DAA no se incorpora a las proteínas estructurales, pero cumple funciones neuromoduladoras y hormonales. Se encuentra en concentraciones elevadas en tejidos neuroendocrinos como el hipotálamo, la hipófisis y los testículos.
Los estudios han demostrado que el DAA estimula la liberación de GnRH en el hipotálamo, lo que incrementa la secreción de LH y FSH desde la hipófisis anterior. A su vez, la LH actúa sobre las células de Leydig, promoviendo la síntesis de testosterona. También se ha sugerido un efecto directo del DAA sobre los testículos, aumentando la expresión de esteroidogénesis local.
Efectos sobre la testosterona: ¿qué dice la evidencia científica más reciente?
Positivos:
- En hombres con niveles bajos de testosterona, hipogonadismo funcional o infertilidad idiopática, varios estudios han mostrado incrementos significativos de testosterona total y libre tras la suplementación con 3 g/día durante 12 a 90 días.
- En el estudio de Topo et al. (2009), tras 12 días de suplementación con 3 g/día, se observó un aumento medio del 42 % en los niveles de testosterona, y los niveles seguían siendo un 22 % superiores tres días después de la interrupción del suplemento.
- En un ensayo de D’Aniello et al. (2012), hombres con alteraciones seminales mejoraron tanto la calidad como la cantidad del esperma tras tres meses de DAA, con un aumento significativo en la tasa de embarazos espontáneos.
Nulos o negativos:
- En hombres jóvenes, sanos y entrenados, la evidencia es consistente en mostrar ningún efecto significativo. En el estudio de Willoughby et al. (2021), la suplementación con DAA no produjo cambios en la testosterona ni mejoras en la fuerza o masa muscular tras ocho semanas de entrenamiento.
- Las dosis más elevadas (6 g/día) no solo no aumentaron la testosterona, sino que en algunos casos la redujeron ligeramente, probablemente por mecanismos de retroalimentación negativa del eje H-H-G.
Efectos sobre la fertilidad masculina del ácido D-aspártico
Los estudios realizados en hombres con infertilidad idiopática han mostrado:
- Aumento de la concentración espermática.
- Mejora de la motilidad progresiva.
- Aumento del volumen de eyaculado.
- Elevación de los niveles de testosterona y LH.
Aunque los resultados son prometedores, se necesitan más ensayos controlados con placebo y seguimiento a largo plazo para confirmar su eficacia como estrategia terapéutica en el abordaje de la infertilidad masculina.
Dosis, pautas y seguridad
- Dosis efectiva: 3 gramos diarios, administrados una vez al día o divididos en dos tomas.
- Duración: 2 a 4 semanas, con descansos cíclicos para evitar desregulaciones del eje hormonal.
- Dosis elevadas (6 gramos diarios): no aportan beneficios adicionales y pueden suprimir la producción endógena.
- Seguridad: los estudios hasta la fecha no han reportado efectos secundarios graves. Puede causar molestias gastrointestinales leves en algunos casos, pero se considera un suplemento seguro en adultos sanos a corto plazo.
No se recomienda su uso continuado sin supervisión médica, especialmente en personas con antecedentes de disfunción endocrina.
Alternativas naturales respaldadas por la evidencia para aumentar la testosterona
- Ejercicio físico regular, especialmente entrenamiento de fuerza con cargas altas y descanso adecuado entre sesiones.
- Reducción del tejido adiposo, sobre todo en la zona abdominal, que se asocia a mayor actividad de la aromatasa y conversión de testosterona en estrógenos.
- Sueño reparador de al menos 7 a 8 horas por noche.
- Evitar el estrés crónico, que eleva los niveles de cortisol y reduce la secreción de GnRH.
- Optimizar la ingesta de micronutrientes clave, como vitamina D, zinc, magnesio y ácidos grasos esenciales (omega-3).
- Exposición solar moderada, como vía natural de síntesis de vitamina D.
Conclusión:
El ácido D-aspártico puede ser útil como coadyuvante en hombres con testosterona baja o infertilidad, pero no es eficaz para mejorar el rendimiento deportivo ni como agente anabólico en individuos sanos. Tampoco sustituye a una terapia de reemplazo hormonal cuando esta está indicada médicamente.
Referencias
- Topo E, Soricelli A, D’Aniello A, et al. (2009). The role and molecular mechanism of D-aspartic acid in the release and synthesis of LH and testosterone in humans and rats. Reprod Biol Endocrinol. 7:120.
- D’Aniello G, Ronsini S, Guida F, et al. (2012). D-Aspartic acid supplementation improves semen parameters and testosterone levels in infertile men. Urol Int. 88(3):249–255.
- Willoughby DS, Spillane M, Schwarz N. (2021). Effects of 28 days of D-aspartic acid supplementation on hormones and muscle strength in resistance-trained men. J Int Soc Sports Nutr. 18:18.
- Melville GW, Siegler JC, Marshall PWM. (2024). Effects of D-aspartic acid supplementation in resistance-trained males: a randomized, double-blind, placebo-controlled trial. Nutrients. 16(1):134.
- Schneider G, Kirschner MA, Berkowitz R, et al. (2023). The aromatase–testosterone–estradiol axis in male adiposity and fertility. Andrology. 11(5):985–994.
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