Introducción y prevalencia de la celulitis
La celulitis, también conocida como paniculopatía edemato-fibroesclerótica, lipoesclerosis nodular o lipodistrofia ginoide, es un trastorno estructural y funcional del tejido subcutáneo que afecta a entre el 85 % y el 98 % de las mujeres tras la menarquia, y a un pequeño porcentaje de hombres (alrededor del 10 %). Su impacto es principalmente estético, pero con claras implicaciones psicosociales y emocionales que afectan a la percepción corporal y calidad de vida.
Fisiopatología: estructura y mecanismos implicados
Arquitectura subcutánea
Los septos fibrosos del tejido conectivo subcutáneo tienen una disposición perpendicular en mujeres, frente a la orientación oblicua u horizontal en hombres. Esta diferencia anatómica favorece la protrusión de los lóbulos grasos hacia la dermis, dando lugar al clásico aspecto de piel de naranja.
La grasa subcutánea se divide en una capa areolar superficial, donde los adipocitos son más grandes, heterogéneos y dispuestos verticalmente, y una capa lamelar profunda, con adipocitos más pequeños, homogéneos y dispuestos horizontalmente. La primera es más vascularizada, pero también más frágil y dependiente de los estrógenos.
Estrógenos, adipocitos y matriz extracelular
- El hiperestrogenismo estimula la síntesis de colágeno, glicosoaminoglicanos y ácido hialurónico de bajo peso molecular, lo que favorece la retención hídrica y el edema extracelular con alta viscosidad.
- Aumenta la expresión de receptores alfa-2 adrenérgicos, que inhiben la lipólisis, favoreciendo la hipertrofia del adipocito.
- Este entorno proinflamatorio, sumado a la compresión vascular y linfática, genera hipoxia local, fibrosis y disfunción metabólica.
La combinación de estos factores dificulta el retorno venoso y linfático, reduce la oxigenación tisular y favorece la acumulación de citoquinas inflamatorias y radicales libres, perpetuando la fibrosis intersticial.
Clasificación clínica
La celulitis se clasifica en cuatro grados, de menor a mayor severidad, desde la visibilidad al pellizcar (Grado I) hasta la aparición espontánea de nódulos dolorosos y alteraciones circulatorias (Grado IV).
Intervenciones con respaldo científico
a) Reducción de fibrosis
- Ondas de choque extracorpóreas (ESWT): mejoran la elasticidad del tejido, estimulan la síntesis de colágeno y rompen septos fibrosos rígidos.
- Subcisión percutánea (Avéli™, Cellfina™, Cellulaze™): técnicas médicas que seccionan septos fibrosos y mejoran de forma significativa la textura de la piel durante 1–3 años.
- Subcisión acústica (Rapid Acoustic Pulse): tecnología emergente que rompe fibras fibróticas mediante presión sonora sin incisión.
b) Reducción del volumen adipocitario
- Dieta hipocalórica normoproteica y entrenamiento de fuerza: reducen la hipertrofia del adipocito, previenen la flacidez postpérdida de volumen y favorecen la tonificación.
- CBL‑514 (ácido adipocitolítico): compuesto lipolítico inyectable en investigación que ha mostrado resultados clínicamente relevantes reduciendo la severidad de la celulitis en fases II.
c) Estimulación de colágeno y dermotonicidad
- Radiofrecuencia multipolar y control térmico, combinada con infrarrojo y cavitación, estimula fibroblastos, neocolagénesis y mejora la firmeza.
- Rodillos de liberación miofascial y masaje linfático: útiles como complemento final, para mejorar circulación y elasticidad tisular.
Estilo de vida y ejercicio físico para mejorar la celulitis
El ejercicio sigue siendo una de las herramientas terapéuticas más eficaces y sostenibles:
- Mejora el flujo sanguíneo, la lipólisis y la sensibilidad a la insulina.
- Aumenta la masa muscular, reduciendo la flacidez que empeora el aspecto de la celulitis.
- El entrenamiento pliométrico puede resultar contraproducente en personas con celulitis avanzada, por estimulación mecánica excesiva del fibroblasto.
Cosmética y suplementación
- Retinol tópico: uno de los pocos activos con capacidad real de penetración cutánea. A largo plazo (≥6 meses), mejora la textura de la piel y muestra efectos antiadipogénicos.
- Extractos vegetales como el castaño de Indias, el rusco o la centella asiática tienen efectos venotónicos y antioxidantes.
- Flavonoides, saponinas y taninos pueden complementar el tratamiento sistémico.
Conclusión
La celulitis es una condición multifactorial, con una base anatómica, hormonal, metabólica y vascular compleja. No puede abordarse con soluciones rápidas ni cosméticos milagrosos. Requiere constancia, profesionalidad, y una intervención integral que combine el ejercicio adecuado, una dieta controlada, posibles tratamientos médicos y un enfoque realista.
CIERRE PERSONAL
Muchas mujeres me escriben pidiendo que les quite la celulitis. Yo siempre soy honesta: no puedo eliminarla, porque ningún profesional puede hacerlo. Pero sí puedo ayudarte a mejorar tu composición corporal, a estimular tu tejido muscular y a frenar el avance de este problema. Eso es lo ético y lo eficaz.
Este contenido ha sido desarrollado con esfuerzo, revisión bibliográfica exhaustiva y base científica sólida. Por eso, resulta tan frustrante comprobar que ha sido copiado y reproducido sin permiso por otras personas que solo buscan generar visualizaciones sin aportar valor ni reconocer la autoría. El plagio es una falta de ética que desincentiva la creación de contenido serio y riguroso.
Gracias de corazón por llegar hasta aquí y respetar el trabajo bien hecho.
Bibliografía
- Conti, G. et al. (2020). Proteomic and ultrastructural analysis of cellulite – new findings on an old topic. International Journal of Molecular Sciences, 21.
- Emanuele, E. (2013). Cellulite: advances in treatment: facts and controversies. Clinics in Dermatology, 31, 725–730.
- Khan, M. et al. (2010). Treatment of cellulite: part I. Pathophysiology. Journal of the American Academy of Dermatology, 62(3), 361–370.
- Khan, M. et al. (2010). Treatment of cellulite: part II. Advances and controversies. Journal of the American Academy of Dermatology, 62(3), 373–384.
- Kriglikov, I. (2012). The pathophysiology of cellulite: can the puzzle eventually be solved? Journal of Cosmetics, Dermatological Sciences and Applications, 2, 1–7.
- Leszko, M. (2014). Cellulite in menopause. Przeglad Menopauzalny, 13(5), 298–304.
- Luebberding, S. et al. (2015). Cellulite: an evidence-based review. American Journal of Clinical Dermatology.
- Mirrashed, F. et al. (2003). Pilot study of dermal and subcutaneous fat structures by MRI in individuals that differ in gender, BMI, and cellulite grading.
- Pugliese, P. (2006). The pathogenesis of cellulite: a new concept. Journal of Cosmetic Dermatology, 6, 140–142.
- Rawlings, A. (2006). Cellulite and its treatment. International Journal of Cosmetic Science, 28, 175–190.
- Rossi, A. & Vergnanini, A. (2000). Cellulite: a review. Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, 14, 251–262.
- Taati, B. & Khoshnoodnasab, M. (2019). Exercise-based approaches to the treatment of cellulite. International Journal of Medical Reviews, 6(1), 26–27.
- Wassef, C. & Rao, B. (2012). The science of cellulite treatment and its long-term effectiveness. Journal of Cosmetic and Laser Therapy, 14, 50–58.
- Wells, J. (2007). Sexual dimorphism of body composition. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism, 21(3), 415–430.
Este contenido es propiedad intelectual de BodyWellFit. Queda prohibida su reproducción total o parcial sin autorización expresa.