Las cetonas de frambuesa han ganado notoriedad en el mundo de los suplementos por su supuesto efecto sobre la quema de grasa. Se afirma que favorecen la descomposición de la grasa almacenada dentro de las células y que aumentan los niveles de adiponectina, una hormona clave en la regulación del metabolismo y la sensibilidad a la insulina. Pero, ¿qué dice realmente la ciencia al respecto?
¿Qué son las cetonas de frambuesa?
Las cetonas de frambuesa (4-(4-hidrofenil)-2-butanona) son compuestos aromáticos naturales responsables del característico olor de las frambuesas rojas. También están presentes en cantidades muy pequeñas en otras frutas como las moras, arándanos y kiwis. En la industria alimentaria y cosmética, se utilizan como agentes saborizantes y aromatizantes.
Sin embargo, los suplementos que se comercializan como cetonas de frambuesa no contienen el compuesto natural extraído de la fruta, ya que su extracción directa es extremadamente costosa (alrededor de 20.000 € por kilo). En su lugar, el producto que se vende está sintetizado químicamente en laboratorio, y no puede considerarse natural.
¿Por qué se popularizaron?
El interés científico y comercial en este compuesto surgió cuando se observó que su estructura molecular era similar a la de otras sustancias bioactivas como la capsaicina (presente en los pimientos picantes) y la sinefrina (extraída de ciertos cítricos), ambas con cierto potencial para aumentar el gasto energético y la oxidación de grasas.
¿Qué dice la ciencia?
La mayoría de las investigaciones realizadas sobre las cetonas de frambuesa se han llevado a cabo in vitro o en modelos animales. En un estudio con células adiposas de ratas, se observó que las cetonas de frambuesa aumentaban la lipólisis al hacer que las células fueran más sensibles a los efectos de la norepinefrina, una hormona clave en la movilización de grasa. Además, también se vio un aumento en la secreción de adiponectina, una hormona que favorece la sensibilidad a la insulina y está inversamente relacionada con la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
Aunque estos resultados pueden parecer prometedores, es importante destacar que las dosis empleadas en estos experimentos fueron extremadamente altas, muy superiores a las que se pueden alcanzar mediante la suplementación oral en humanos. Además, los estudios en roedores no se pueden extrapolar automáticamente a humanos, debido a las grandes diferencias en metabolismo y regulación hormonal.
¿Existen estudios en humanos?
Hasta la fecha, no existe ninguna evidencia sólida en humanos que demuestre que las cetonas de frambuesa por sí solas sean eficaces para reducir la grasa corporal o mejorar marcadores metabólicos. El único estudio disponible en humanos (Lopez et al., 2013) utilizó un suplemento con múltiples ingredientes (cetona de frambuesa, cafeína, ajo, jengibre, capsaicina y sinefrina) en combinación con una dieta hipocalórica y ejercicio. El grupo que recibió el suplemento perdió un 7,8% de su masa grasa, frente al 2,8% del grupo placebo. Sin embargo, debido a la combinación de ingredientes y el contexto de déficit calórico y ejercicio, es imposible atribuir los resultados a las cetonas de frambuesa en particular.
¿Qué podemos concluir?
Actualmente, no hay evidencia científica fiable que respalde el uso de cetonas de frambuesa como un suplemento eficaz para la pérdida de grasa en humanos. Su mecanismo de acción en modelos animales no ha sido replicado en estudios clínicos, y las dosis necesarias para obtener un efecto metabólico parecen estar muy lejos de las que se consiguen con suplementación oral estándar.
Las cetonas de frambuesa pueden clasificarse, por tanto, como un suplemento con mucho marketing y poca ciencia, cuyo efecto real sobre la composición corporal es, en el mejor de los casos, incierto.
Recomendación
En lugar de buscar soluciones rápidas y poco respaldadas como las cetonas de frambuesa, el enfoque más eficaz para la pérdida de grasa sigue siendo una combinación sostenida de déficit calórico moderado, entrenamiento de fuerza, actividad física diaria, sueño reparador y gestión del estrés. Los suplementos no pueden sustituir a los hábitos.
Referencias:
- Lopez, H. L., Ziegenfuss, T. N., Hofheins, J. E., Habowski, S. M., Arent, S. M., Weir, J. P., & Ferrando, A. A. (2013). Eight weeks of supplementation with a multi-ingredient weight loss product significantly reduces body weight and body fat in overweight men and women. Journal of the International Society of Sports Nutrition, 10(1), 22. https://doi.org/10.1186/1550-2783-10-22
- Morimoto, C., Satoh, Y., Hara, M., Inoue, S., & Tsujita, T. (2005). Anti-obese action of raspberry ketone. Life Sciences, 77(2), 194–204. https://doi.org/10.1016/j.lfs.2004.12.027
- Wang, P., Henning, S. M., & Heber, D. (2010). Limitations of in vitro experiments for evaluating the potential health benefits of food components. Advances in Nutrition, 1(1), 27–31. https://doi.org/10.3945/an.110.1004
- EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies (NDA). (2011). Scientific opinion on the safety and efficacy of raspberry ketone as a food supplement. EFSA Journal, 9(12), 2438. https://doi.org/10.2903/j.efsa.2011.2438
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