Fitoestrógenos: ¿aliados o amenaza silenciosa?
Los fitoestrógenos son compuestos bioactivos de origen vegetal que se encuentran de forma natural en una amplia variedad de alimentos, especialmente en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y, sobre todo, en la soja. En las plantas, estos compuestos cumplen funciones antioxidantes, antimicrobianas y de defensa frente a estresores ambientales. Químicamente pertenecen al grupo de los polifenoles.
Su principal particularidad es que pueden mimetizar la acción de los estrógenos endógenos en el cuerpo humano debido a su similitud estructural, permitiéndoles unirse a los receptores estrogénicos (ERα y ERβ). Sin embargo, su afinidad es considerablemente menor que la de los estrógenos humanos, por lo que su efecto estrogénico es débil y puede comportarse como agonista o antagonista dependiendo del contexto fisiológico, la dosis y el tipo de tejido.
Principales tipos de fitoestrógenos
Existen cuatro grandes grupos de fitoestrógenos:
- Isoflavonas: Abundantes en soja y otras legumbres. Son los fitoestrógenos más estudiados. Entre ellas destacan la genisteína, daidzeína y gliciteína.
- Lignanos: Se encuentran en alimentos ricos en fibra como semillas de lino (las más ricas), granos integrales, frutas, verduras y frutos secos.
- Quercetina: Un flavonoide ampliamente distribuido en manzanas, cebollas, uvas, té y verduras de hoja verde.
- Resveratrol: Presente en uvas, arándanos, chocolate negro, cacahuetes y vino tinto.
Controversia científica: beneficios frente a riesgos
Los fitoestrógenos han sido objeto de intensa investigación, especialmente por sus posibles efectos beneficiosos en salud cardiovascular, salud ósea, función cognitiva y reducción de síntomas menopáusicos como los sofocos. También se han atribuido propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antitumorales. Sin embargo, gran parte de estas evidencias provienen de estudios observacionales, in vitro o en modelos animales, y los ensayos clínicos en humanos han arrojado resultados inconsistentes o de magnitud limitada.
Algunos estudios apoyan su papel protector en enfermedades como:
- Osteoporosis: Las isoflavonas podrían ayudar a preservar la masa ósea en mujeres posmenopáusicas.
- Cáncer de mama: Existe controversia. Algunas investigaciones indican que podrían tener un efecto protector, mientras que otras sugieren un efecto proliferativo dependiendo del tipo de tumor y la dosis.
- Síntomas menopáusicos: Ciertos estudios han mostrado una ligera reducción en la frecuencia e intensidad de sofocos.
Sin embargo, se ha observado que los fitoestrógenos pueden:
- Alterar el eje hipotálamo-hipófisis-gónadas, especialmente si se consumen en grandes cantidades o durante etapas sensibles del desarrollo.
- Interferir en la síntesis y transporte de esteroides sexuales.
- Tener efectos mixtos sobre la proliferación celular, actuando como antiproliferativos en algunos tejidos y proliferativos en otros, dependiendo de la concentración y el contexto biológico.
Fitoestrógenos y la piel
La disminución de estrógenos durante la menopausia conlleva una pérdida de colágeno, elasticidad y grosor cutáneo. Algunos estudios han demostrado que los fitoestrógenos, especialmente aplicados de forma tópica, pueden mejorar estos parámetros. En un ensayo clínico con mujeres posmenopáusicas, la aplicación de fitoestrógenos tópicos aumentó el grosor de la piel en casi un 10%, además de elevar la densidad de fibras de colágeno y elastina en un 86% y 76% respectivamente (Tsunemi et al., 2022).
Efectos sobre inflamación y metabolismo
Las isoflavonas han demostrado reducir biomarcadores inflamatorios como IL-6, IL-8 o la proteína C reactiva en algunos estudios clínicos. También se han investigado posibles beneficios en la modulación del perfil lipídico y la sensibilidad a la insulina, aunque los resultados no son concluyentes.
¿Y en los hombres?
Uno de los mitos más difundidos es que la soja reduce los niveles de testosterona o afecta negativamente a la fertilidad masculina. Un metaanálisis de 2021 que incluyó 15 ensayos clínicos no encontró ningún efecto significativo de las isoflavonas en los niveles de testosterona total, libre ni en la calidad seminal de hombres sanos (Reed et al., 2021). Estos hallazgos han sido confirmados por revisiones más recientes.
Precauciones y contraindicaciones
Aunque los fitoestrógenos alimentarios no suponen un riesgo para la población general, se recomienda precaución en:
- Mujeres con trastornos hormonales, ciclos menstruales irregulares o en búsqueda activa de embarazo.
- Durante la lactancia, por la posibilidad de interferir con el eje hormonal del lactante.
- Niños y adolescentes en desarrollo.
- Personas con hipotiroidismo o deficiencia de yodo, ya que ciertos fitoestrógenos pueden inhibir la función tiroidea (especialmente si el yodo es insuficiente).
Asimismo, se desaconseja el uso de fórmulas infantiles de soja, salvo indicación médica específica.
Conclusión
La evidencia actual indica que los fitoestrógenos en cantidades moderadas, provenientes de alimentos reales como legumbres, semillas o frutas, no representan un riesgo para la mayoría de la población y podrían incluso aportar beneficios en contextos como la menopausia. Sin embargo, su uso en forma de suplementos o alimentos enriquecidos debe evaluarse con mayor precaución, especialmente en personas con patologías hormonales, tiroideas o en etapas sensibles del desarrollo.
Referencias
- Tsunemi Y, et al. Effects of topical phytoestrogens on skin of postmenopausal women: A clinical trial. Dermatol Ther (2022); 35(3):e15234.
- Reed KE, Camargo J, et al. Soy, Isoflavones, and Testosterone in Men: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Fertil Steril (2021); 116(3):552–561.
- Dinsdale EC, Ward WE. Phytoestrogen supplementation and bone health in postmenopausal women: A systematic review and meta-analysis of randomized trials. Nutrients (2020); 12(11):3431.
- EFSA Panel on Nutrition. Scientific opinion on the safety of isoflavones from soy. EFSA Journal (2015); 13(10):4246.
- National Institutes of Health. Soy: Fact Sheet for Health Professionals. NIH Office of Dietary Supplements (updated 2025).
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