La L-citrulina es un aminoácido no proteico, es decir, no se incorpora a la síntesis de proteínas estructurales, pero desempeña funciones fisiológicas clave tanto en la salud como en el rendimiento físico. Su nombre deriva de Citrullus vulgaris, la sandía, uno de los alimentos en los que fue identificada por primera vez.
Una de sus funciones principales es su participación en el ciclo de la urea, proceso hepático encargado de la eliminación de productos nitrogenados de desecho como el amoníaco. Este mecanismo es esencial para mantener la homeostasis ácido-base, prevenir la acumulación de metabolitos tóxicos y retrasar la aparición de la fatiga muscular, al evitar la acidificación del entorno intracelular y la caída del pH muscular inducida por el ejercicio intenso.
Además, la citrulina actúa como precursora metabólica de la arginina, aminoácido que a su vez es sustrato directo para la síntesis de óxido nítrico (NO), un potente vasodilatador. Este mecanismo de acción es uno de los principales responsables del creciente interés por la citrulina en el ámbito del entrenamiento deportivo, ya que el incremento en la producción de NO favorece un mayor flujo sanguíneo hacia el músculo, mejorando el aporte de oxígeno, glucosa, aminoácidos y otros nutrientes esenciales durante el esfuerzo físico. Asimismo, se ha descrito la activación de vías de señalización hipertrofia-inductoras, como mTOR y Akt, como efecto indirecto del aumento del flujo y la entrega de nutrientes.
Aunque no es un aminoácido esencial (el cuerpo puede sintetizarlo endógenamente), su disponibilidad puede incrementarse a través de la dieta (especialmente con sandía, calabaza, pepino, melón amargo o alimentos ricos en proteínas) o mediante suplementación oral. Los suplementos de citrulina están disponibles principalmente en dos formas:
- L-citrulina pura, sin combinaciones.
- Malato de citrulina, una sal formada por la unión de L-citrulina con ácido málico. Esta forma tiene una mayor biodisponibilidad y estabilidad, y el malato contribuye adicionalmente al metabolismo aeróbico y la producción de energía a través del ciclo de Krebs, así como al reciclaje del lactato, lo que potencia su efecto antifatiga.
Efectos en el rendimiento deportivo
La suplementación con malato de citrulina ha demostrado beneficios ergogénicos tanto en disciplinas de resistencia como de fuerza e hipertrofia. Entre sus principales efectos se incluyen:
- Aumento de la capacidad de trabajo muscular: En un estudio con ciclistas, aquellos que recibieron citrulina fueron capaces de pedalear un 12% más antes de alcanzar la fatiga, comparado con el grupo placebo.
- Mejora del rendimiento en entrenamiento de fuerza: En una investigación con 41 hombres, la ingesta de 8 g de malato de citrulina permitió realizar un 53% más de repeticiones durante ejercicios multiarticulares, y redujo el dolor muscular de aparición tardía (DOMS) en un 40% durante las 48 horas posteriores.
- Optimización del uso de oxígeno y energía en el músculo esquelético, favoreciendo la eficiencia contráctil.
- Reducción del estrés inmunológico postejercicio, protegiendo contra la inmunosupresión asociada a entrenamientos intensos o de alto volumen.
Gracias a estos efectos, se ha posicionado como un suplemento ergogénico de interés en preentreno, particularmente útil en deportes como culturismo, crossfit, ciclismo o HIIT, donde se busca mejorar el rendimiento, tolerar mayores cargas de entrenamiento y acelerar la recuperación.
Dosis, sinergias y seguridad
La dosis estándar utilizada en la mayoría de estudios es de 8 gramos de malato de citrulina, que equivalen a unos 4,5 gramos de L-citrulina elemental. Puede tomarse antes, durante o después del entrenamiento, en función del objetivo (mejor rendimiento, mejora del flujo o recuperación).
Su uso se considera seguro en personas sanas, y no se han documentado efectos secundarios clínicamente relevantes a corto o medio plazo. Además, ha demostrado ser más eficaz para elevar los niveles plasmáticos de arginina que la suplementación con la propia arginina, cuyo metabolismo hepático de primer paso limita su eficacia. Un estudio evidenció que 3 g de citrulina producen la misma vasodilatación que 6 g de arginina, pero con mayor duración y sin molestias gastrointestinales.
La citrulina también puede tener un efecto protector sobre el catabolismo de aminoácidos, reduciendo su degradación hepática. En combinación con zinc, puede mejorarse la conversión hepática de citrulina en arginina. Asimismo, cuando se combina con BCAAs, se ha observado un mayor aumento en la secreción de hormona del crecimiento (GH) tras el ejercicio.
Aplicaciones clínicas
Más allá del ámbito deportivo, la citrulina ha sido utilizada en la práctica clínica para tratar diversas afecciones, como astenia, sarcopenia, disfunción eréctil, hipertensión, demencia o deterioro cognitivo leve. El medicamento francés “Stimol”, utilizado en medicina deportiva para combatir la fatiga y el sobreentrenamiento, está compuesto precisamente por malato de citrulina. En combinación con inmunoferón, ha sido empleado por ciclistas profesionales para afrontar etapas de alto desgaste físico y evitar estados de inmunosupresión.
Referencias:
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