Durante el embarazo, las necesidades nutricionales aumentan significativamente, no solo en términos energéticos, sino en calidad y biodisponibilidad de los nutrientes. Uno de los pilares más relevantes es garantizar una ingesta suficiente de proteína completa, esencial para el desarrollo del bebé, la salud placentaria, la inmunidad materna, el mantenimiento de la masa magra y una buena recuperación postparto. Sin embargo, muchas mujeres se preguntan ¿Puedo tomar proteína de suero si estoy embarazada? ¿es seguro?.
Lejos de los mitos, la proteína de suero puede ser segura y útil en el embarazo, siempre que esté bien seleccionada, adaptada al contexto de la mujer, y utilizada bajo supervisión profesional. No se trata de un suplemento exclusivo del ámbito deportivo, sino de una fuente proteica funcional con propiedades relevantes en distintas etapas fisiológicas, incluida la gestación.
¿Qué es exactamente la proteína de suero?
La proteína de suero es una fracción proteica que se obtiene del suero lácteo tras separar la caseína. Es una proteína de alto valor biológico, con un perfil completo de aminoácidos esenciales, excelente digestibilidad y rápida absorción. Se presenta principalmente en tres formas:
- Concentrado de suero: contiene entre un 70–80 % de proteína, con algo de lactosa y grasa.
- Aislado de suero: contiene más del 90 % de proteína pura, prácticamente sin lactosa ni grasa.
- Hidrolizado de suero: parcialmente predigerido, permite una absorción muy rápida y puede ser mejor tolerado digestivamente.
Algunas fórmulas neutras o poco procesadas mantienen fracciones bioactivas como inmunoglobulinas, lactoferrina o alfa-lactoalbúmina, que tienen funciones inmunológicas, antimicrobianas y reguladoras del entorno intestinal (Björkstén et al., 2022).
¿Es segura durante el embarazo?
Sí, cuando se selecciona correctamente y se ajusta al contexto de la mujer, puede ser una ayuda eficaz y segura. El uso de suplementos proteicos ha demostrado beneficios en mujeres con bajo peso, bajo consumo de proteínas o riesgo de restricción del crecimiento fetal, mejorando parámetros como el peso neonatal y reduciendo el riesgo de parto prematuro (Ota et al., 2015; Blumfield et al., 2014).
Puede ser útil en embarazadas que presentan:
- Náuseas o vómitos persistentes que dificultan el consumo de alimentos sólidos
- Dietas vegetarianas, veganas o muy selectivas
- Hiperglucemia gestacional o sensibilidad alterada a la insulina
- Embarazos múltiples o ganancia de peso insuficiente
- Tránsito digestivo lento, digestiones pesadas o rechazo a carnes
- Necesidad de recuperación acelerada tras el parto o cesárea
¿Y en casos de hiperglucemia o diabetes gestacional?
Durante el segundo y tercer trimestre, se produce una resistencia fisiológica a la insulina debido a hormonas como el lactógeno placentario, el cortisol y la progesterona. En muchas mujeres, este fenómeno evoluciona hacia una hiperglucemia gestacional, con riesgo de macrosomía fetal y complicaciones metabólicas.
Aquí, la proteína de suero puede tener un papel beneficioso. Estudios han demostrado que consumir proteína de suero antes o junto a los hidratos de carbono mejora la respuesta insulínica, reduce la glucosa postprandial y estimula incretinas como GLP-1, que ralentizan el vaciado gástrico y mejoran la sensibilidad a la insulina (Pepino et al., 2013; Suez et al., 2014).
Además, al aumentar la saciedad y modular la glucemia, disminuye la necesidad de ingestas excesivas de carbohidratos simples, mejorando el control metabólico sin causar hipoglucemia reactiva.
¿Por qué evitar la sucralosa en el embarazo?
Aunque la sucralosa está aprobada por las autoridades sanitarias, su consumo durante el embarazo plantea dudas, especialmente en productos de uso diario como los batidos proteicos.
- Puede alterar la microbiota intestinal, tanto en la madre como potencialmente en el feto, al atravesar la barrera placentaria (Uebanso et al., 2017).
- Estudios en humanos han evidenciado que modifica la respuesta insulínica y la percepción dulce del cerebro, generando un entorno de disregulación glucémica (Pepino et al., 2013).
- Además, se han encontrado trazas de sucralosa en líquido amniótico y cordón umbilical, lo que genera preocupación sobre su impacto en la programación metabólica del bebé (Suez et al., 2022).
Por tanto, se recomienda elegir proteínas sin edulcorantes artificiales, en especial sucralosa y acesulfame-K, y optar por fórmulas neutras o con edulcorantes naturales sin impacto glucémico (como la estevia en dosis bajas o extractos naturales suaves).
¿Qué hay de las mezclas termogénicas?
Completamente desaconsejadas en el embarazo. A diferencia de la sucralosa, que plantea dudas fisiológicas, las mezclas termogénicas con extractos como cafeína, sinefrina o yohimbina están contraindicadas por sus efectos sobre el sistema nervioso central, la presión arterial y el flujo placentario.
Aunque algunas proteínas “fit” o “fat burner” las contienen como añadidos, no deben consumirse bajo ninguna circunstancia en mujeres embarazadas.
¿La proteína evita la pérdida de masa muscular en el embarazo?
No por sí sola.
Durante el embarazo, el cuerpo entra en un estado de catabolismo muscular progresivo aún cuando se entrena, y especialmente en mujeres que reducen su actividad física o tienen dietas hipocalóricas. La simple ingesta de proteína no es suficiente para mantener la masa muscular. Sin estímulo mecánico, es decir, entrenamiento de fuerza adaptado, no hay preservación real de tejido muscular.
Incluso mujeres activas pueden experimentar pérdida de masa magra, ya que el embarazo reduce la disponibilidad anabólica endógena (testosterona libre, IGF-1) y eleva los niveles de cortisol. El músculo necesita tensión, carga y señalización continua para mantenerse.
Por eso, la estrategia para «intentar» preservar músculo debe integrar:
- Entrenamiento funcional o de fuerza bien estructurado
- Ingesta proteica de calidad distribuida en varias tomas
- Buen descanso y control del estrés
- Soporte metabólico correcto, sin hiperglucemia ni inflamación
(Fernández et al., 2024)
Otros beneficios poco conocidos
- Neurodesarrollo fetal: aminoácidos como leucina, glutamina, tirosina o triptófano participan en la formación del sistema nervioso del feto. Asegurar un buen aporte proteico contribuye a un desarrollo neurológico y cognitivo óptimo (Wu et al., 2023).
- Función inmunológica materna: la proteína de suero contiene fracciones inmunológicas activas (inmunoglobulinas, lactoferrina) que modulan la respuesta inmune, mejoran la tolerancia inmunológica y reducen el riesgo de infecciones comunes en la gestación (Björkstén et al., 2022).
- Apoyo en embarazos múltiples o restrictivos: en mujeres con poco apetito, hiperémesis gravídica o volumen gástrico reducido (por gestación múltiple o tercer trimestre), el suero permite aumentar densidad nutricional sin saturar el sistema digestivo.
- Mejora la tolerancia digestiva: a diferencia de algunas fuentes proteicas sólidas, el suero se digiere fácilmente, no empeora el estreñimiento gestacional y es bien tolerado incluso en casos de digestión lenta.
- Optimiza la recuperación postparto: favorece la regeneración tisular (útero, piel, suelo pélvico, tejido abdominal) y apoya el inicio de la lactancia, ya que la producción de leche requiere una elevada disponibilidad de aminoácidos.
¿Cómo incorporarla de forma práctica?
- Desayuno: en gachas de avena con canela, fruta cocida y semillas
- Postentreno: mezclada con agua o bebida vegetal, acompañada de una fuente de grasa
- Merienda: combinada con yogur natural, frutos secos y cacao puro
Siempre como complemento, no como sustituto de comidas principales y bajo asesoramiento individualizado.
Conclusión
La proteína de suero puede formar parte de un embarazo saludable si se elige con criterio, se integra en una dieta equilibrada y se acompaña de ejercicio físico adecuado. Su utilidad es mayor en mujeres con requerimientos aumentados, baja tolerancia digestiva, riesgo de pérdida de masa magra o necesidad de soporte inmunológico y metabólico.
No sustituye el enfoque dietético completo, pero puede ser una aliada potente en un contexto profesional bien estructurado.
Referencias:
- Björkstén, B., et al. (2022). Bioactive milk proteins and immune function in pregnancy and infancy. Nutrients, 14(2), 379.
- Blumfield, M. L., et al. (2014). Optimal dietary protein intake in pregnancy: A systematic review. Maternal & Child Nutrition, 10(4), 422–439.
- FAO/WHO. (2017). Protein Quality Evaluation: Report of the Joint FAO/WHO Expert Consultation.
- Fernández, C., et al. (2024). Pregnancy-induced muscle loss and the protective role of resistance exercise: A review of current evidence. Current Women’s Health Reports, 20(1), 45–59.
- Ota, E., Tobe-Gai, R., Mori, R., & Farrar, D. (2015). Antenatal dietary education and supplementation to increase energy and protein intake. Cochrane Database of Systematic Reviews, (6), CD000032.
- Pepino, M. Y., Tiemann, C. D., Patterson, B. W., Wice, B. M., & Klein, S. (2013). Sucralose affects glycemic and hormonal responses to an oral glucose load. Diabetes Care, 36(9), 2530–2535.
- Suez, J., Korem, T., Zeevi, D., et al. (2014). Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature, 514(7521), 181–186.
- Uebanso, T., et al. (2017). Effects of low-dose non-caloric sweetener consumption on gut microbiota in mice. Nutrients, 9(6), 560.
- Wu, G., et al. (2023). Amino acid metabolism and fetal brain development: Implications for maternal nutrition. Journal of Nutritional Biochemistry, 114, 109293.
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