Un estilo de vida activo y el entrenamiento físico regular están claramente asociados con una mejor calidad de vida. Sin embargo, este beneficio puede invertirse si la carga de entrenamiento es excesiva o si la nutrición no es gestionada de forma adecuada. Esta situación es particularmente frecuente en contextos deportivos altamente competitivos, donde la presión por el rendimiento puede conducir a desequilibrios con serias consecuencias para la salud.
Uno de estos desequilibrios es el denominado síndrome de deficiencia energética relativa en el deporte (RED-S, por sus siglas en inglés: Relative Energy Deficiency in Sport). Este término fue propuesto por el Comité Olímpico Internacional en 2014, sustituyendo y ampliando el concepto previo de la tríada de la atleta femenina.
De la tríada al RED-S: ampliación del paradigma
La tríada de la atleta femenina fue descrita en 1993, y consistía en tres elementos interrelacionados: desorden alimenticio, amenorrea y osteoporosis. En 2007, se refinó esta definición, considerando como componentes la baja disponibilidad energética (con o sin trastorno de la conducta alimentaria), la disfunción menstrual y la disminución de la densidad mineral ósea.
El concepto de RED-S amplía este enfoque, colocándose la baja disponibilidad energética como el eje central. Se define como la energía que queda disponible para las funciones fisiológicas una vez descontado el gasto energético por ejercicio. Cuando esta disponibilidad es insuficiente de forma mantenida en el tiempo, ya sea por una ingesta inadecuada o por un gasto excesivo no compensado, se producen alteraciones a nivel endocrino, metabólico, inmunológico, cardiovascular, óseo y reproductivo.
RED-S: más allá del sexo femenino
A diferencia de la tríada, que estaba centrada en mujeres, el RED-S es aplicable tanto a mujeres como a hombres. En el caso masculino, se ha descrito una tríada equivalente: deficiencia energética (con o sin TCA), hipogonadismo hipotalámico funcional y baja densidad mineral ósea (con o sin fracturas por estrés). No obstante, los hombres tienden a presentar alteraciones más sutiles en el eje gonadal y pueden necesitar una mayor gravedad en la deficiencia energética para manifestar síntomas.
Consecuencias fisiológicas del RED-S
Una baja disponibilidad energética sostenida afecta al menos a diez sistemas fisiológicos clave, con implicaciones negativas para la salud y el rendimiento deportivo:
- Disfunción menstrual (en mujeres) o hipogonadismo (en hombres)
- Pérdida de masa ósea y riesgo de fracturas por estrés
- Alteraciones en el sistema inmunológico, endocrino y digestivo
- Disminución del metabolismo basal y del crecimiento
- Déficit en la función hematológica y cardiovascular
- Afectación de la función cognitiva, concentración y coordinación
- Cambios emocionales: irritabilidad, ansiedad, depresión
- Reducción del glucógeno muscular, de la fuerza y de la capacidad de adaptación al entrenamiento
- Incremento del riesgo de lesión
Desde el punto de vista hormonal, se observan alteraciones como:
- Reducción de leptina (relacionada con el sistema reproductor)
- Elevación de grelina (estimula el apetito y el cortisol)
- Disminución de oxitocina (con efectos sobre el estado de ánimo)
- Supresión del IGF-1 (importante para la salud ósea y muscular)
- Disminución de hormonas tiroideas (T3, T4), reduciendo el gasto energético
Estas alteraciones no son producto del entrenamiento per se, sino de la deficiencia energética que este puede inducir si no se acompaña de una ingesta suficiente. En mujeres, esto puede conducir a amenorrea hipotalámica, con pérdida de estrógenos, clave para la salud ósea y muscular. En hombres, la reducción de testosterona tiene consecuencias similares.
El hueso como víctima silenciosa
El metabolismo óseo se ve especialmente afectado. La combinación de hipoestrogenismo, deficiencia de IGF-1, leptina baja y disfunción tiroidea reduce la formación ósea y acelera la resorción, aumentando el riesgo de osteoporosis. Las fracturas por estrés en atletas deben interpretarse como señales de alarma de una posible deficiencia energética.
Además, pueden aparecer deficiencias de nutrientes críticos, como el hierro. Incluso en ausencia de anemia, una ferritina baja reduce la capacidad de trabajo muscular, el rendimiento cognitivo, la inmunidad y la adaptación al entrenamiento.
Umbrales energéticos: ¿Cuánto es suficiente?
Aunque existe variabilidad individual, se han propuesto umbrales aproximados:
- 45 kcal/kg de masa magra/día: valor estimado para mantener funciones fisiológicas normales.
- 30 kcal/kg de masa magra/día: umbral por debajo del cual comienzan a observarse alteraciones fisiológicas (Loucks, 2006).
Ciclismo y deportes gravitacionales: riesgo añadido
En deportes como el ciclismo, la baja disponibilidad energética puede ser intencionada —buscando mejorar la relación peso-potencia— o no intencionada, debido al elevado volumen de entrenamiento no compensado con una dieta adecuada. A menudo, esta restricción no mejora el rendimiento, sino que lo empeora debido a la fatiga, las lesiones y el deterioro de la salud.
Un estudio reciente en atletas ciclistas mostró que la mejora en sus hábitos nutricionales y en las barreras psicológicas asociadas produjo una mejora significativa tanto en su rendimiento como en su bienestar general (Heikura et al., 2020).
Tratamiento: reestablecer la energía
La primera línea de intervención ante un diagnóstico de RED-S es restaurar la disponibilidad energética. Esto puede requerir:
- Incrementar la ingesta calórica
- Reducir temporalmente el volumen o la intensidad del entrenamiento
- Recuperar peso (habitualmente entre un 5–10%) para restaurar el eje hipotalámico-hipofisario
Aun así, algunas alteraciones (como la amenorrea) pueden tardar meses o incluso años en resolverse completamente, especialmente si se ha cronificado el déficit.
Conclusión
Ser atleta implica buscar rendimiento, pero eso no se logra restringiendo el combustible necesario para entrenar y adaptarse. La energía no es opcional: es esencial. Asegurar una ingesta adecuada es una medida de salud y una estrategia de rendimiento.
Bibliografía
- Mountjoy, M. et al. (2014). The IOC consensus statement: beyond the Female Athlete Triad—Relative Energy Deficiency in Sport (RED-S). British Journal of Sports Medicine.
- Loucks, A. B. et al. (2006). Energy availability in athletes. Journal of Sports Sciences.
- Heikura, I. A. et al. (2020). Low energy availability is difficult to assess but outcomes have large impact on sports performance. International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism.
- De Souza, M. J. et al. (2014). 2014 Female Athlete Triad Coalition Consensus Statement on Treatment and Return to Play of the Female Athlete Triad. British Journal of Sports Medicine.
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